Jean Calas (19 de marzo de 19698- 10 de marzo de 1762) fue
un modesto comerciante que residía en Toulouse (Francia) y es conocido por
haber sido víctima de un juicio parcial debido a su condición de protestante.
En esa época, la religión
estatal de Francia era el catolicismo y la dura represión del protestante
iniciada por el rey Luis XIV con la revocación del edicto de Nantes había
comenzado a ceder, sin embargo los
protestantes no eran aceptables, solo tolerados. Esta condición en Francia es importante para
entender mejor la historia de Calas ya que él y su familia eran protestantes excepto
un hijo suyo Marc-Antoine Calas que en 1756 de convirtió al catolicismo. Entre
el 13 y 14 de octubre de 1761 Marc-Antoine fue hallado muerto en la plante baja
de la casa de la familia.
El suicidio era para
la Iglesia el crimen más aborrecible contra uno mismo, por esta razón, la
familia de Marc-Antoine escondieron su
suicido detrás de la mentira de que fue un ladrón el que lo ahogo hasta
matarle. No obstante los rumores de que Jean Calas fue el asesino de su propio
hijo por que este se convirtió en católico fueron tan fuertes que el magistrado
de la ciudad empleo un procedimiento contrario a las reglas y ordenanzas. La familia
Calas, como Lavaisse (un amigo de la familia) y la sirvienta católica fueron
encarcelados.
No hubo prueba ninguna que la familia Calas era culpable,
sin embargo el 9 de marzo de 1762, el Parlamento de Toulouse sentenció a Jean
Calas a morir en la ruedo, al día siguiente se ejecutó la sentencia y murió
tomando a Dios por testigo de su inocencia y le conjuró a que perdonase a sus
jueces. Los jueces se vieron obligados a dictar una segunda sentencia y pusieron
en libertad a la madre, a su hijo Pierre que lo desterraron, al joven Lavaisse
y a la criada. A las hijas las pusieron dentro de un convento que tras las
protestas de la gente sensata, las devolvieron a su madre. Jean Calas muere en la rueda en Toulouse.

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